Corría el año de 1900… y siempre miraba al cielo y le decía adiós a los aviones pensando que alguien me veía y que tal vez también me decían adiós desde arriba (sí, súper ñoña), desde pequeña comencé a viajar pero siempre era en autobús, recuerdo que siempre que pasaba por el Aeropuerto lo veía como algo súper emocionante y me quería subir a un avión.
Pasaron los años (muchos) y comencé a trabajar y de mi trabajo tenía que ir a la ahora llamada Ciudad de México y me iban a mandar en avión así que cuando me entere básicamente corrí en círculos de la emoción.
Las cosas no eran como ahora, así que no existía la forma de saber que podía pasar y que no por la seguridad de los aeropuertos (además aún no había pasado el 11.09.01) recuerdo que me dieron los boletos y me dijeron que los cuidara mucho porque si los perdía me iban a cobrar para que la aerolínea me los volviera a dar.
Cuide los boletos con mi vida, prepare la maleta y estaba más que lista para ir al Aeropuerto, en ese tiempo la aerolínea que use fue Mexicana, tenía nervios de subir al avión, pensaba que se iba a caer o que simplemente en lugar de despegar iba a irse por la pista hasta la avenida principal de la ciudad.
Era evidente mi nerviosismo, al grado que un piloto que estaba en la sala de espera se me acerco y me pregunto si era la primera vez que iba a viajar, le respondí inmediatamente que sí, me comenzó a hacer platica y me dijo que me relajara que me recomendaba que cuando fuera a despegar el avión cerrara los ojos y hasta que ya estuviera estable el avión los volviera a abrir.
Comenzaron a llamar por grupos a las personas para abordar y yo fui de las ultimas en abordar ya que tenía asientos hasta enfrente y comenzaron a abordar de atrás para adelante, al subir al avión me llevo la sorpresa de que no tenía compañeros en los asientos iba a estar yo sola en los tres asientos, por lo que me pase hasta la ventana (que ese era mi asiento), me acomode, me puse el cinto y cerré los ojos, cuando de pronto escucho una voz que me dice, que obediente, rápidamente abrí mis ojos y era el piloto que había conocido antes, se sentó en el asiento del pasillo le hablo a una aeromoza, le dijo que era mi primera vez volando y que tenían que darme doble ración de refresco.
Volví a cerrar los ojos, el avión despego y sentí que mi alma se salía de mi ser, al abrir mis ojos me asome por la ventana y ahí fue que me enamore de volar, además de que me toco doble ración de Pepsi y Sabritas, en esa época no existía el Facebook o el twitter mucho menos Instagram o Snapchat! no podía compartirle al mundo mi experiencia! pero si se quedó guardada en mi memoria como un día importante.
Llegue a la terminal del aeropuerto y en cuanto me baje del avión ya quería subirme otra vez, siempre he dicho que mi parte favorita de los viajes es volar, viajar en avión es una de mis actividades favoritas.
Los aviones forman parte importante de mi vida, tanta que decidí hacerme un tatuaje de un avión en mi brazo izquierdo, con esto no digo que me voy a volver piloto o algo por el estilo, pero si que ese día quedo marcada mi vida, cada vez que vuelo pido sentarme en ventanilla me encanta ver por el camino que voy (o por las nubes que voy),
Continuará …