Debo de reconocer que soy enemiga de estar haciendo fila, creo que la única que hice en repetidas ocasiones fue la de las tortillas y por qué mi mamá me lo pedía (pero ya hace mucho tiempo de eso), así que cuando descubrí que en New York se hacía fila para todo y que eran filas interminables, entre un poco en crisis existencial.
Al poco tiempo una amiga me recomendó que comprara el New York Pass y que con eso me ahorraría todas las filas, no lo pensé y lo compre enseguida, pero oh sorpresa cuando llegue a pedir mis boletos para subir al ferry que me llevaría a la estatua de la libertad, descubrí que solo me ahorraba la fila para comprar el boleto pero no para subir al ferry.
Era noviembre era una mezcla entre otoño e invierno, estábamos fácilmente a -2°C paradas en Battery Park donde de vez en cuando llegaba un poco de viento con alguna gotitas de Agua del río, al principio hicimos la operación bolita (cada quien se abrazó así misma), después creo que nos quejamos por lo largo de la fila, es más creo que una fue a investigar (contar) cuantas personas había antes.
Al poco tiempo las personas que estaban atrás de nosotros en la fila comenzaron a bailar y danzar y animar a todos, todos terminamos aplaudiendo y bailando, hasta que los niños que estaban formados enfrente de nosotros despertaron y cautivaron con su ternura a todos los de la fila, era una familia japonesa que llevaba 2 pequeños, eran tan divertidos comenzaron a correr y al final ya todos estábamos jugando con ellos, al seguir avanzando la fila llegamos hasta donde están las personas disfrazadas de estatua de la libertad y nos tomamos una foto (por cierto antes de tomarse una foto pregunten el costo).
Seguimos en la fila aproximadamente 3 horas 45 minutos, no los voy a engañar si nos dolieron un poco los pies y moríamos de frío, pero la espera valió la pena, cuando al fin llegamos al final de la fila y ya seguíamos para subirnos al ferry nos saltaron (éramos 4) y pasaron a 2 personas.
Así que quedamos más tiempo de lo planeado sobre el puente que nos conectaba con la oficina donde te revisan hasta las muelas (es broma, pero si te revisan como en filtro de aeropuerto) y especialmente ahí hacía mucho frío, esperamos pacientemente y entramos a revisión inmediatamente después subimos al ferry que nos llevaría a la Estatua de la Libertad, fue ahí cuando se me quedo pegado el dedo en la cámara pero eso se los contare en otra ocasión…
Continuara…
Kauldy